2014-01-21

3 Habilidades Sociales Imprescindibles. Sonreir, Hablar Despacio y Preguntar.

(Recuperado de Bligoo, QEPD)

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3 Habilidades Sociales Imprescindibles. Sonreir, Hablar Despacio y Preguntar. 

Por Aitor Calero García. 

Un Cafelito a las Once. 


Nuestra falta de habilidades sociales nos puede limitar mucho a la hora de afrontar determinados retos en nuestras vidas. Una de las más pendientes, se producen a la hora de enfrentarnos a entrevistas, presentaciones, o a las simples interacciones sociales o profesionales que se nos presentan.


Pulir mis interacciones para que sean sociales me supone un gran esfuerzo  – John Nash (Nobel de economía, 10 citas de networking, Fuente Yoriento)

La que damos en esas situaciones, puede suponer la diferencia entre una interacción exitosa o un completo fracaso. que todos hemos vivido momentos ante los que no hemos reaccionado adecuadamente. Después, una vez superado el trance, y analizando la situación, nos hemos dado cuenta de las cosas que hemos hecho mal. Sin embargo, lo que muy pocas veces no podemos ver es, precisamente, el aspecto físico y la que causamos a los demás, desde fuera.

Yo he tenido la oportunidad de verme grabado en varias veces. Os puedo asegurar, que una vez que te ves grabado, aprendes muchísimo sobre los errores que se pueden cometer.

En el artículo de hoy os voy a compartir algunos secretos que puedes utilizar para mejorar vuestras interacciones sociales.

Hay que sonreir más


El arma más poderosa que tenemos en nuestro arsenal de habilidades sociales, es sin lugar a duda nuestra . Por desgracia, es el arma que menos utilizamos. A todos nos gusta ver una sonriente o que expresa alegría frente a una cara expresa preocupación o tristeza. Obviamente, esto no quiere decir que siempre haya que estar con la sonrisa puesta. Cuando se comunican algunos serios, o sobre los que queremos enfatizar algún dramatismo, es importante tenerlo en cuenta.

En general el modo por defecto a la hora de hacer cualquier de comunicación debería ser la alegría. Esto ayudará a relajar la tensión en el ambiente y que nuestro interlocutor se muestre más receptivo a nuestro mensaje. Luego, ya habrá tiempo de cambiar de cara si el discurso o la situación lo merecen.

Sonreír cuando está comunicando, es mucho más complicado de lo que parece. Las primeras veces seguramente parecerá que tenemos cara de tontos, pero ese es precisamente el motivo por el que tenemos que grabarnos y ensayar antes de cualquier interacción de este tipo.

Un ejercicio muy sencillo que todos podemos hacer, es leer cualquier artículo del periódico y tratar de hacerlo de una forma lo más alegre posible, aunque suene muy forzado. De esta manera, iremos poco a poco adquiriendo los neuronales y físicos de hablar sonriendo de forma que se vayan registrando como un comportamiento . Una , o la cámara de un móvil o de un iPad, nos puede ayudar.

Hay que hablar más despacio


Yo diría, que este es casi con toda seguridad el segundo o puede el error más habitual. Cuando estamos nerviosos, nuestro instinto nos pide huir. Si lo que estamos haciendo es hablar en público, lo que queremos es que esa situación peligrosa, acabe lo antes posible. Esto nos lleva inevitablemente a hablar muy deprisa. En mi caso es un error que todavía intento corregir pero que una y otra vez veo reflejado en las grabaciones de mis actuaciones.

De nuevo, sólo la práctica deliberada de esta habilidad nos puede llevar a controlar mucho mejor nuestra cadencia a la hora de expresarnos.

Esta habilidad es aún más importante si estamos haciendo una presentación en inglés.

El siguiente paso para controlar el tiempo de nuestras intervenciones es el complicadísimo arte de dominar los silencios. En cualquier presentación los silencios son herramientas muy potentes. Pueden invitar a la reflexión, pueden crear ambiente de misterio…

De nuevo nuestro instinto nos hace huir de las pausas porque nos pone en una situación tensa. Todas las miradas se centrarán en nuestra persona, y en el motivo de por qué estamos callados. Por eso, siempre intentamos huir de ellas. De nuevo, la estrategia es siempre la misma, practicar deliberadamente estas pausas en aquellos momentos en los que nuestro discurso o mensaje así lo requiera.

Hay que preguntar mucho más


Esta última habilidad no está tan centrada en el ámbito de las presentaciones o exposiciones orales, sino más bien en el ámbito de las interacciones más personales o de uno a uno. Por ejemplo en una entrevista de trabajo, o en cualquier interacción con clientes (sobre todo si son nuevos).

Es horriblemente habitual encontrarnos con personas que, llegados a una de estas interacciones, únicamente hablan de sí mismos, de lo que han hecho, de lo que han estudiado, de lo que pueden ofrecer, de quienes son, de cuál es su empresa, de cuánto tiempo llevan en su sector, o de que nos quieren ofrecer. A mi me recuerda a aquellas parejas que vienen de vacaciones o de luna de miel, nos invitan a su casa y nos ponen el dichoso vídeo de las mismas, sin haber preguntado. Luego, durante dos horas seguidas no paran de hablar de ellas. ¿Insoportable verdad?

Pues bien, ese es, aunque menor grado, el efecto que se llevan nuestros interlocutores cuando empezamos hablar de nosotros mismos sin tener en cuenta su punto de vista.

La manera de dar la vuelta a esta situación es muy muy sencilla. Si es posible, investiga antes con quién te vas a entrevistar o la organización para la que trabaja. Limita tu introducción a lo básico, responde a sus preguntas, pero no te quedes ahí. Pregunta.

Y el secreto para hacer preguntas inteligentes, es disponer de información previa. Pregunta sobre aspectos relativos a la empresa u organización. Por ejemplo, si vas a una entrevista de trabajo y has mirado antes la web de su empresa, pregunta sobre los métodos de trabajo internos que utilizan . Si es un cliente, pregunta sobre los productos o servicios que les faltan, o qué tienen y/o qué les gustaría ofrecer etcétera.

Os puedo garantizar, que hacer este cambio de roles modifica radicalmente la receptividad del interlocutor y lo que es más importante nuestra imagen ante él.

Cómo veis, no estamos hablando de habilidades imposibles de obtener. Se requieren apenas unas horas de práctica inicial y unas horas de práctica real para dar un giro radical en nuestras interacciones y habilidades sociales. Ahora me gustaría preguntaros a vosotros, ¿qué otras habilidades importantes consideráis?

Por Aitor el enero 15th, 2014

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Fuente: Un Cafelito a las Once  
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