2017-01-23

Cómo participar socialmente en las 10 formas de diálogo en la red.

10 formas de diálogo en la red.

Por José Fernando Juan.

Entre Paréntesis.


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Cómo participar socialmente en las 10 formas de diálogo en la red

La red se creó como espacio primordial de diálogo e intercambio. Otra cuestión es en qué somos capaces de convertirla. Pero hay que dejar claro que desde su origen no ha parado de crecer en esta dirección. Palabras como interactividad, compartido, retuiteo, respuesta, comentario son sólo una muestra del enorme viraje que ha dado en los últimos años.


Todo está dispuesto de tal modo que el diálogo en la red sea lo esencial. Cuesta imaginar una comunidad digital sin capacidad de intercambio entre sus usuarios. Aunque cabe plantearse si lo logramos o si lo aprovechamos. Pero está claro que forma parte de la esencia misma de la web social en la que las personas dejan de ser espectadores y tienen la oportunidad de ser protagonistas. Es decir, tomar la palabra, aprender a escuchar, crear un hilo.

En este tema, sin embargo, cabe hacer diferencias y matices. Después del primer impulso y de las pasiones que suscitó en verse en una plaza pública y común, con capacidad de diálogo en la red, con posibilidad de llegar a muchos e intercambiar información y opiniones con tantos otros, lo cierto es que ha producido un giro que intensifica aún más el diálogo personal, el acercamiento uno-a-uno.

Da testimonio de ello el crecimiento imparable, especialmente entre los más jóvenes, de redes sociales como Snapchat o el uso que hacen de Instagram, en detrimento de espacios más abiertos y plurales.

Qué formas hay de diálogo en la red


1. Foros.

Siguen existiendo y son muy útiles para cuestiones concretas y particulares. Son un auténtico ejemplo de diálogo en la red, clasificados temáticamente, con buenas normas de intercambio. Especialmente siguen en pie aquellos que tuvieron buenos administradores y donde las reglas del diálogo se respetaron.
Están normalmente custodiados por expertos en la gestión de estas comunidades y participar en algunos sigue siendo hoy un lujo. No todos son abiertos o son muy restrictivos respecto a la participación de sus usuarios.

2. El entorno de Facebook.

Creo que es un ecosistema tan complejo que reducirlo a “los comentarios” a las publicaciones resulta empobrecedor. El primer paso para dialogar en la red social nace de la necesidad de compartir, tanto algo privado como algo público.
Cierto es que la interacción de mayor relevancia es el comentario, pero se han potenciado otras muchas formas de diálogo en la red como el chat personal (fueron de los primeros en incorporarlo) o la posibilidad de responder al comentario de otra persona.
Una publicación muy comentada es una publicación relevante. Es decir, allí donde hay diálogo existe un espacio que crece progresivamente si se cuida. Los grupos, que nacieron con esta intención primordial, son baluarte de la participación colectiva. Su dinamismo e impacto es más alto de lo que muchos piensan.

3. Dialogar en Twitter.

Por mucho que el pajarito se ha esforzado para potenciar el diálogo en la red, no consigue crear esa interacción deseada. Dialogar en la red, seguir un hilo de conversación, resulta muchas veces tedioso, dejas de ver, te pierdes porque no está tan estructurado como sería esperable. A su vez, el hecho de que sean respuestas muy breves tampoco da pie a la profundidad en muchos casos, sino a problemas de interpretación o malas lecturas que después cuesta reconducir y terminan por ahogar la conversación.
La gran solución está en el mensaje, ahí sin límite de espacio, menos expuesta a injerencias de otros en el timeline. Frente a esta debilidad, el éxito de Twitter está en la capacidad de unificar contenidos en torno a un hashtag. La duda que siempre cabe, sin embargo, es si existe auténtico diálogo en este tipo de comunicación en paralelo. Mi impresión es que la incapacidad de adaptación de muchos a este entorno es lo que provoca que sus inmensas posibilidades se vean reducidas a unos pocos intercambios, que no terminan por generar una gran conversación.

4. Redes de streaming.

Resulta muy curioso, en línea de lo que decía anteriormente, estudiar cómo las grandes redes sociales han apostado por el vídeo en directo, con la posibilidad de que quienes lo vean puedan dejar su comentario directamente en la misma retransmisión, siendo visible para toda la comunidad.
Una especie de chat superpuesto en el que los usuarios van poniendo impresiones, resaltan lo fundamental y dialogan entre ellos. Frente a los vídeos de repositorios como YouTube, la posibilidad para hablar directamente (no grabar como si estuvieras hablando) con una persona resulta capital. Los más exitosos son quienes han ensayado esta vía de interacción.

5. Conversaciones privadas.

Aquí se hace necesario reseñar brevemente la evolución. Los primeros chats incorporados a la red eran plataformas privadas, lugares aislados. Pero posteriormente se generalizó como herramienta integrada en otros procesos. De los mensajes escritos se pasó rápidamente a la posibilidad de compartir otro tipo de archivos, y ya vemos incorporada con total firmeza en las redes sociales la videollamada.
El diálogo aquí no está mediado, no es tan “sin rostro”, no es una tarea entre otras, sino que pone en contacto muy directo a personas que se están viendo y hablando simultáneamente. Esta forma exige una intimidad elevada, por lo que antes se han dado otras muchas formas, y no ocupa un espacio destacado en la actualidad porque concentra todos los recursos del dispositivo en esa tarea.
Como conclusión diría que, al mismo tiempo que todo gira hacia esta forma de diálogo en la red, menos expuesta al gran público, todavía sigue siendo fundamental la palabra escrita muy por encima de otras formas comunicativas como la imagen o el vídeo. Por mucho que sean estas las que más se consumen en la red y las que más preponderancia tienen en los medidores de impacto social. Está bajando la necesidad de abrirse a lo común, se está cerrando más la búsqueda y los círculos a intereses y relaciones concretas.

Cómo generar diálogo en la red


Visto lo anterior, y la especial sensibilidad y búsqueda de intercambio que hacemos en la red, abro la pregunta sobre cómo generar un auténtico diálogo digital que ponga en contacto personas superando los muros habituales.

1. Compartir de forma personal.

Frente a los grandes debates públicos y anónimos, o del momento, por los que muchos se dejan llevar y en los que siguen siendo meros espectadores. Pasar al terreno de la opinión informada, de la contrastación, del interés particular. Conectar de esta manera con otras personas en situaciones similares, con preocupaciones comunes, con historias que, sin la red, quizá viajarían en paralelo. Sumar nuestra opinión a otros canales ya abiertos como puedan ser los hashtags.

2. Hacer comentarios.

Si el diálogo no comienza en la pregunta, sino en la escucha y comprensión, el siguiente paso clave es pasar a la acción. Siempre he considerado que alguien digitalmente activo no es sólo quien comparte sino quien hace búsquedas, lee a otros y responder. Sea la red que sea, o sea el blog que sea.
El índice de participación frente al alcance de las publicaciones sigue siendo bajo. Lo cual nos sitúa, también en la red, como meros consumidores que no terminan de asumir la oportunidad de protagonismo en el diálogo y la construcción. Un buen comentario en un post o en una publicación da pie a algo más. El diálogo está iniciado, sólo cabe continuarlo.

3. Crear eventos.

Esto sería algo así como situar en un tiempo determinado una conversación general y abierta, a la que cualquiera pudiera sumarse. Independientemente del canal -aquí los vídeos, sin lugar a dudas, cubrirán un espacio cada vez mayor- destacaría la importancia que tiene la comunidad en la buena gestión del conjunto.
No se trata de algo iniciado simplemente por alguien, sino del intercambio plural en torno a una cuestión de manera sincrónica. Cierto es que resultará difícil dialogar en cuanto la comunidad tenga unos números, pero se pueden producir microconversación o microencuentros que de otro modo no tendrían lugar.

4. Potenciar lo privado.

Por varias razones, pero sobre todo pensando en el tipo de diálogo que se produce cuando se escapa del escenario público, de la mirada de otros, de la supervisión e injerencia del resto de la comunidad. En esto las redes sociales destinadas a jóvenes han sido más audaces e inteligentes, o los chavales han hecho virar el contenido en esta dirección.
Es la evolución natural del email, con fines lúdicos o propios, no vinculados al trabajo o los compromisos personales. Crea otro lenguaje, mucho más directo y comprometido, donde las personas se reconocen mutuamente y avanzan en la misma dirección. Son

5. Recuperar lo público, con profundidad.

Urgentemente. Pese a la tendencia anterior, sería lamentable desaprovechar la red con su potencia público y común, para encerrarse simplemente en lo privado. La gran revolución de la web 2.0 es la interconexión creciente, que no se limita salvo por el uso que las personas hacen de ella o de los peligros en los que es fácil caer. Es un hábitat actualmente desaprovechado en este sentido, que va peligrosamente cayendo en desuso.
¿Quién comenta, si piensa que su comentario será inútil? ¿Quién se detiene a leer lo que otros han dicho para participar en ello? ¿Qué provoca lo efímero en la esfera digital, el olvido de lo de hace dos horas y no digamos lo de ayer? ¿A qué conduce la invisibilidad de buenos debates, en detrimento de la relevancia desesperante de la ingeniería que se dedica a “posicionar” cualquier cosa, por dinero, allí donde quien busca llegará?
Frente a estas cuestiones urge la participación ciudadana, la responsabilidad personal en la creación de la red. Dejar de hacer estos pequeños gestos deviene en mayor indiferencia, para luego quejarse masivamente de lo mismo de siempre.

Escrito por José Fernando Juan
25.11.2016

José Fernando Juan Santos.

Profesor en Colegio Amorós.
 Madrid y alrededores, España.
 Educación primaria/secundaria.
Actual: Colegio Amorós.
Anterior: SM, Escuelas Pías.
Educación: Universidad de Alcalá.
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Twitter: @josefer_juan

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Fuente: Entre Paréntesis

Imagen: Virtual conversations


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