2017-04-20

Cómo superar los efectos narcotizantes del éxito mal gestionado.

Los efectos narcotizantes del éxito.

Por Juan Carlos Casco.

Emprendedorex.

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Cómo superar los efectos narcotizantes del éxito mal gestionado

El éxito es mucho más difícil de gestionar que el fracaso. Es más fácil reponerse de los efectos de un trabajado fracaso que del perverso señuelo de un éxito efímero mal gestionado. La felicidad está en el camino no en la meta.


¿Entonces qué hay después de la meta?: Un apasionante nuevo camino.

En una sociedad que se mueve a la deriva, el éxito se ha convertido en una fuente más de frustración, mucha gente muere de éxito superficial y vacío.

Necesidad de cambiar el sentido del éxito y una nueva educación del éxito.


Si en nuestra sociedad actual es complejo gestionar el fracaso, pues asistimos a una crisis del empleo y las formas de realización personal y profesional tradicionales, mucho más complejo es manejar el concepto vacío de éxito que nos han vendido como panacea. Las consecuencias de un éxito mal enfocado y digerido pueden devenir en consecuencias desastrosas.

Dice Maxwell que éxito es cuando agregas valor a tu vida y trascendencia cuando agregas valor a la vida de los demás.

Yo no creo en el éxito personal enfocado a logros económicos o de fama pasajera, sino en el éxito trascendente que es cuando somos capaces de hacer aportes significativos a los desafíos globales: cambio climático, hambre, pobreza, conflictos, educación…

Sostengo que necesitamos educar para el éxito de una forma completamente diferente desde la escuela, la familia y la comunidad. Podemos decir que éxito y felicidad son dos realidades paralelas e indisociables, que han de sustentarse en principios y valores éticos y morales.

El éxito sin fundamentos ni sentido de la contribución solo es un espejismo vacío que tarde o temprano desencadena una crisis existencial o una vida hueca carente de sentido.

Hacerte cargo de un problema global.


Desde esta posición personal: “yo me hago cargo de un problema global, de arreglar algo que no funciona, de consagrar mi vida a una causa y de conectar todos mis actos vitales sobre ese propósito”.

Los retos globales son tan grandes que no lograré solucionar el problema en su conjunto, pero cada avance, cada mejora será un espacio de disfrute y celebración, un revulsivo más, un éxito parcial que me impulsará con fuerza al siguiente objetivo.

Mirar los problemas globales con alegría.


Si observamos e interiorizamos los problemas como desazones, podemos quedar abrumados y paralizados, corriendo el riesgo de caer presa de la resignación o el resentimiento.

Un desafío global es un espacio para cargar de significado a tu vida, para hacer una diferencia con tu trabajo, para construir un legado, para aportar un poco de trascendencia a la levedad e insignificancia del ser, para ser recordado cuando ya no estés.

Desarrollar el sentido de la ambición.


Fijar en tu mente y transmitir a los demás la convicción de lograr algo grande. Las metas ambiciosas crean el espacio emocional y la movilización para hacer grandes cosas, las causas pequeñas y los objetivos cortoplacistas no movilizan a nadie.

La creación de una ambición positiva en torno a una gran obra no es una ensoñación, es un proceso, una ingeniería de arte mayor (visualización, discurso, planeación, planificación, coordinación, evaluación…).

Construir el éxito necesita de capacitación y entrenamiento.


Nuevamente aparece la educación como la base en la que se funda la transformación y el cambio para construir el bien común desde el éxito de las personas. No hay éxito individual en una sociedad fracasada marcada por el sufrimiento y la frustración colectiva, es solo un espejismo con fecha de caducidad.

La educación para el éxito y la felicidad ha de partir de una propuesta social a los niños desde la escuela, la familia y la sociedad:

  • “aquí tienes los problemas que nos afligen (injusticia, enfermedades, destrucción del planeta…)…
  • hazte cargo y comprométete con alguno de ellos…
  • diseña tu vida y tu profesión para hacer un aporte por el que puedas ser recordado…
  • únete a otras personas que estén en tu onda y crea equipo con ellas…
  • empieza desde abajo agarrando el problema a microescala desde tu escuela, familia, comunidad…
  • luego asume retos mayores…
  • prepárate para vivir con alegría exitosos fracasos que te acercarán poco a poco a tu meta, son el indicador de que te mueves en la dirección correcta mientras aprendes…
  • celebra cada avance…
  • cuando te alcance la notoriedad y los efluvios narcotizantes de la fama y la fortuna no pienses que llegaste a tu meta, piensa en la próxima estación y en el compromiso que te trajo hasta aquí…”

Alcanzar el éxito trascendente y duradero necesita de una preparación concienzuda, de un conjunto de competencias soportadas en sólidos principios y valores, y de un compromiso on el mundo concretado en una visión y misión trascendente.

Sé tú el cambio que quieres en el mundo y el mundo cambiará contigo.


Eso venía a decir Gandhi. Cuando hayas elegido tu desafío global, no pretendas arreglar el mudo desde arriba, comienza por ti mismo, allí donde tengas influencia y capacidad de acción.

Si quieres limpiar el mundo, comienza por tu casa y tu barrio, congrega a tu familia, amigos y vecinos y ponte manos a la obra, luego continúa con tu ciudad, tu país… Y sobre todo, cuando tengas las manos llenas de suciedad limpiando cloacas, piensa que estás limpiando el mundo y haciendo una diferencia con tu vida.

Sin una visión y sentido de la contribución el éxito verdadero no existe y puede ser tan nocivo como fracasar cuando no tenemos metas auténticas.

La vida es una secuencia de fracasos jalonados por algunos picos de éxito. Éxito y fracaso no son aspectos tan decisivos para la vida como pudiera parecer de antemano, en realidad son torrentes y remansos que jalonan el río de la existencia, porque lo importante es la dirección que decides dar a tu vida en pos de una causa, y el sentido y criterio con el que te diriges.

Los efluvios narcotizantes del éxito son letales, cuando no hay visión ni sentido de la contribución, un éxito parcial puede destruirnos y convertirnos en estúpidas marionetas. He visto a más personas fracasar de éxito que sucumbir a los fracasos y reveses de la vida.

Construyamos vidas exitosas desde la educación. Adelante!!!

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Esta entrada fue publicada por Juan Carlos
el 17 abril, 2017.

Juan Carlos Casco Casco


CEO Emprendedorex.
Mérida y alrededores, España.
Internet.
Actual: EMPRENDEDOREX.COM.
Anterior: Junta de Extremadura, Desarrollo Local.
Educación: Universidad de Extremadura.
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Fuente: Emprendedorex

Imagen: Narcotic effects of success


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